
Los patines que usamos deben ser de nuestra talla, que se ajusten perfectamente a nuestro pie. Aunque la realidad no es siempre así. Porque nos hayamos equivocado en la talla, hayan cedido, tengamos las piernas estrechas, los hayamos comprado para un niño de alguna talla mas para que duren……..
La caña debe de ajustarse perfectamente a la pierna de manera que el patín sea como una prolongación de la pierna. Al levantar el pie no debe separarse en absoluto el talón del patín. La guía y la pierna deben de estar alineados. En caso contrario apoyaremos el pie de forma incorrecta y la guía estará en ángulo con lo que perderemos equilibrio, precisión, fatigaremos el tobillo con riesgo de alguna posible lesión.
Dado por sentado que se ajusten perfectamente, al calzarnos los patines, deberíamos de perder unos instantes en encajarlos bien. Debemos de introducir el pie adaptándolo bien al botín y evitando que se produzcan pliegues en el calcetín. La presión de los cordones debe de estar bien repartida desde abajo hasta arriba. Los straps, si son de carraca, deben estar apretados correctamente. En algunas botas la cinta del strap después de pasar por la carraca entra entre la bota y el botín con lo que si la tira es demasiado larga no puede penetrar el tramo necesario para cerrar correctamente. En este caso no debemos de dudar en cortar el trozo sobrante. Cuando el strap es de velcro, no hay suficiente con tirar de la cinta y pegar, sino que debemos de ayudar a la cinta a deslizarse por la hebilla presionando con el dedo antes de ella.
Al empezar a patinar no debemos de presionar los cierres a tope. Tendremos que ajustarlos del todo cuando llevemos unos minutos patinando para corregir las holguras.
Periódicamente deberíamos de dedicar unos minutos al mantenimiento de nuestros patines limpiándolos, apretando tornillos, conservando las ruedas en buen estado y observándolos para que siempre estén en óptimo estado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario