
El patinador cavernícola piensa de una manera primitiva en lugar de quemar calorías mentales para reflexionar de manera crítica y extraer conclusiones racionales. Tiene capacidad de razonar pero una gran habilidad para desconectar. Posee el cuerpo bien adaptado para rodar pero un cerebro obsoleto. Siempre tiene explicaciones mágicas para que nada cambie.
Se cree visionario, ve el futuro siempre claro y dispone de masas dispuestas a encantarse con revelaciones inducidas que prefieren el pensamiento basura de unos iluminados que lo saben todo. Así no tiene necesidad de aprender nada.
No debemos rendirnos ante los que se creen los más inteligentes porque acabaran creyendo que además del poder tiene la razón. Se sentirán amparados por su lógica cavernícola y nada cambiara. No habrá manera de dar un paso adelante. Todo se desbaratara.
El pensamiento cavernícola funciona. La lógica cavernícola permite engañar a la masa con el aplauso de su propia conciencia. No le importa estancarse, ni la competición honesta, la responsabilidad, la decencia cívica… pero le importa creerse el mejor, la chulería, la exhibición… le encanta mentir, difamar, crear mal ambiente…
Hay que desmontar la ignorancia endémica. Pasemos de las mentes primitivas para que podamos progresar. Evitemos que sigan obstruyendo. Miremos hacia el futuro y construyamos nuestro propio Paris.
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